La Vice-Presidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, dio a conocer los municipios donde a partir de junio se construirán 2 mil 500 viviendas solidarias para igual número de familias.
“De acuerdo a los planes que sabemos que Dios bendice porque son viviendas para familias que de otra manera no tendrían acceso o posibilidad a una vida digna en una casita bonita y segura.
Estamos hablando entonces de 2 mil 500 viviendas. Ya no son 2 mil, son 2 mil 500 en Mateare, Waspam, Pantasma, Ticuantepe, San Marcos, La Concepción, Masatepe, La Paz Centro, Larreynaga, Somotillo, El Sauce, Condega, Bonanza, Villa El Carmen, Mulukukú, Telica, Villa Nueva, El Tortuguero, Diriomo, Tola, Bocana de Paiwas, San Sebastián de Yalí, Muelle de los Bueyes, Altagracia, La Trinidad y Pueblo Nuevo”, precisó.
Son “2 mil 500 viviendas solidarias que empezarán a construirse Dios mediante también a mediados o inicios de junio, todo de acuerdo a la voluntad de Dios que mueve todo, que mueve todas las fuerzas de nuestro espíritu”, dijo la Vicepresidenta.
Señaló que “este pueblo que ha sido tan bendecido con una cultura de familia que no perdemos, que defendemos, porque defendemos la vida por eso somos bendecidos”.
Recordó que este pueblo también ha sufrido tanto “y sobre todo ha sufrido la intromisión, la intervención, la injerencia permanente en nuestros asuntos propios que los nicaragüenses debemos atender y resolver en comunicación como familia”.
No obstante, manifestó que “Ni una hoja se mueve, si no la mueve la voluntad de Dios. A veces el ser humano tiene la tentación de creerse superior y omnipotente solo Dios. De creer que puede más que otros y más que todos. Y el que puede todo es Dios, Padre de todas las victorias, Dios nuestro Señor”.
Anunció que se darán a conocer los lugares donde se construirán 7 mil viviendas en los próximos meses para irse entregando en todos los municipios.
“Es un programa grande, este año abarca 7 mil viviendas, pero el programa va adelante y las esperanzas crecen y son victoriosas, porque esas casitas bonitas, segura que se puede entregar a familias trabajadoras honradas, íntegras, esa casita representa precisamente el respeto a la voluntad de Dios que nos manda amarnos unos a otros, a no ser indiferentes, a no llenarnos de envidia, de soberbia, de vanidades. Al contrario, a pensar todos los días que si somos hermanos tenemos que considerarnos y vernos en nuestras alegrías y en nuestras necesidades y atender y contribuir a atender esas necesidades en la medida de las posibilidades de cada uno”, dijo.