JUEZA DE FAMILIA EXPLICA LOS DERECHOS DEL ADULTO MAYOR

 

La desinformación y la falta de valores de padres e hijos son factores que propician el abandono y la desprotección de las personas adultas mayores, valoró la jueza Noveno de Distrito de Familia de Managua, doctora María de los Ángeles Soza, en el programa radial “Una Hora con la Justicia”.
En el programa del Poder Judicial, la jueza realizó una valoración de la reciente celebración de la Semana de la Familia, refiriéndose a la situación de vulnerabilidad que afrontan muchos adultos mayores porque desconocen que tienen derechos, entre ellos el de demandar una pensión de alimentos a sus hijos.
La Constitución Política, la Ley 720 y el Código de Familia contienen los derechos de los adultos mayores de nuestro país, dijo la jueza noveno de distrito de Familia, doctora María de los Ángeles Soza, durante el programa Una hora con la justicia.
No obstante, el inciso i del Artículo 323 del Código de Familia establece que entre los aspectos a tomar en cuenta para fijar la pensión de alimentos está el que “los ascendientes hubieren cumplido con su obligación derivada de la relación parental”.
Otros derechos establecidos en la Constitución Política, el Código de Familia y la Ley 720, Ley del Adulto Mayor, son la protección sin discriminación por parte del Estado, el sector privado y la sociedad, así como a la igualdad, solidaridad y accesibilidad a beneficios económicos, sociales y culturales.
En el 2021, el Tribunal de Familia recibió siete demandas de prestación de alimentos para ascendientes, según reportó la oficina de Implantación de la sede judicial.
Preguntas como ¿hay sanciones para un empleador que desacate un fallo de pensión de alimentos? o ¿puede un adulto mayor recibir pensión de vejez y de alimentos de forma simultánea?, fueron parte de las interrogantes que la judicial respondió a la audiencia y a los doctores Roberto Larios Meléndez y María Amanda Castellón Tiffer, conductores del espacio radial y director de Comunicación y Resolución Alterna de Conflictos, respectivamente.
Recordó que tiempo atrás tramitó la demanda de pensión de alimentos interpuesta por la hija de un adulto mayor de 75 años, en condición de discapacidad por haber sido amputado de sus piernas. Los hermanos de la demandante se negaban a proveer alimentos a su progenitor, a pesar que tienen trabajo fijo y viven en la casa de él.
Inculcar valores
La demandante accionó en la vía legal ya que con sus ingresos no cubrían las necesidades del padre, dado que se dedica a echar y vender tortillas. Sin embargo, al acudir a la instancia correspondiente, logró que la judicial ordenara a los demandados dar alimentos al adulto mayor conforme su capacidad salarial.
Destacó que cada audiencia de Familia se constituye en una oportunidad para hacer reflexionar a las partes sobre la importancia de resolver los conflictos de forma pacífica mediante la conciliación, así como para inculcar valores como el de la solidaridad y el respeto, a fin de que independientemente de las diferencias, la familia permanezca unida.
La jueza Soza indicó que dada la dificultad del demandante para movilizarse, ya que está en silla de ruedas, resolvió que mediante un poder de representación extendido por él su hija puede retirar la pensión de alimentos.
En cuanto a la aplicación de sanciones por desacato a las resoluciones, la judicial aseguró que existen sanciones para los empleadores, pero advirtió que el problema es que a la hora de demandar su ejecución, las personas no accionan de la forma que corresponde, por lo que lo más eficaz es ordenar que la pensión judicial se debite de la nómina salarial.
Respecto al derecho que un adulto mayor tiene a recibir pensión de vejez y de alimentos al mismo tiempo, indicó que no hay contradicción alguna ya que la primera se la ganó al haber laborado y la segunda cuando ejerció su responsabilidad parental, no solo satisfaciendo las necesidades de alimento, salud y educación de sus hijos, sino también dándoles afecto e inculcándoles valores para formarlos como ciudadanos honestos y responsables.
El cumplimiento de este mandato es justamente la causa de la celebración de la Semana de la Familia, dijo la judicial, quien como coordinadora del evento, destacó que las y los jueces también aportan a la unidad familiar cuando logran que las partes lleguen a una conciliación y hasta se pidan perdón por errores cometidos, pues el lazo que les une es “para toda la vida”.