Fuente: BBC NEWS.
Las cifras de efectividad de las
vacunas contra la covid-19 se acumulan en los titulares, aumentando las
esperanzas de un mundo ávido por superar la pesadilla de la pandemia.
La última cifra conocida fue el 92%
de eficacia que un artículo publicado en la revista científica The Lancet
atribuye a la vacuna rusa Sputnik-V, que se suma al 95% reportado por la
desarrollada por Pfizer-BioNtech, el 94,1% de la de Moderna y el 70% de la de
la Universidad de Oxford y AstraZeneca.
Son todos datos alentadores que
invitan a pensar que los programas de vacunación masiva deberían servir para
poner bajo control al coronavirus SARS-Cov-2, que ya ha causado más de dos
millones de muertes en el mundo, y una crisis sanitaria y social sin
precedentes en la historia reciente.
Al contrario que las desarrolladas por Pfizer y Moderna, que se basan en una novedosa tecnología que permite la exposición del organismo a un fragmento del ARN del coronavirus, la Sputnik-V utliiza un virus del resfriado común que se modifica para que actúe como vector y provoque una respuesta controlada del sistema inmune que se repetirá si detecta la presencia en el cuerpo del SARS-Cov-2
De acuerdo con las cifras de
"Our world in data", más de 103 millones de personas han sido ya
vacunadas en todo el mundo, la gran mayoría en países desarrollados.
·
Según los expertos, harán falta muchas más para controlar una pandemia que acumula casi 104 millones de casos confirmados y más de 2,24 millones de muertes. LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Pese a que aún no se cuenta con datos
concluyentes sobre por cuánto tiempo quedan inmunizadas frente al contagio las
personas que reciben las diferentes vacunas, los científicos insisten en que
vacunar a cuantos más cuanto antes es la prioridad en este momento.
La experta infectóloga María Elena
Bottazzi, del Colegio Baylor de Medicina de Houston, en EE.UU., le dijo a BBC
Mundo que "no hay que ponerse a comparar vacunas; hay que ponerse la
vacuna que esté disponible en el lugar donde uno resida. Lo importante es
vacunarse porque eso reducirá mucho el riesgo de tener una enfermedad grave o
morir, y nos ayudará a empezar a controlar este virus".
Aunque la información disponible es
aún escasa, debido a la fase temprana en la que se encuentra la vacunación a
nivel mundial y a que tampoco hay evidencia concluyente sobre en qué medida las
vacunas previenen la propagación del virus en los pacientes asintomáticos, los
primeros indicios apuntan a que la alta efectividad de las vacunas contribuye
significativamente a la reducción de los contagios.
Es lo que se ha observado entre los
mayores de 60 años vacunados en Israel, donde de las más de 750.000 personas de
esta franja de edad que recibieron la vacuna solo un 0,07% dio después positivo
por coronavirus.
Según la doctora Bottazzi, "la
alta efectividad que están mostrando las vacunas es la mejor noticia que
tenemos hasta el momento".
Lo cierto es que cuando
investigadores en todo el mundo trabajaban en los laboratorios en busca de una
vacuna contra la covid, entre la comunidad científica se consideraba que sería
un éxito lograr una que tuviera un 50% de efectividad y pocos pronosticaban que
se fuera a obtener una en tan pocos meses, ya que ese es un proceso que suele
durar años.
Botazzi recuerda que "la mayoría
de las vacunas contra la gripe tienen una efectividad que ronda el 40% y aún
así salvan millones de vidas cada año".
Pero, ¿cómo se mide realmente la
efectividad de una vacuna?
Eficacia
y efectividad
Aunque puedan parecer sinónimos, para
los científicos la efectividad y la eficacia de una vacuna no son la misma
cosa.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Tal como lo explica el Centro de
Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés),
"la eficacia y la efectividad de una vacuna miden la reducción
proporcional de casos entre las personas vacunadas". Pero el término eficacia
se usa cuando se refiere a "un estudio que se lleva a cabo en condiciones
ideales, por ejemplo durante un ensayo clínico". El término efectividad es
el que se emplea en "un estudio que se lleva a cabo bajo las condiciones
ambientales típicas, es decir, menos controladas".
Esto explica que muchos expertos
vaticinen que los inesperadamente altos porcentajes de eficacia que han
mostrado en los ensayos de laboratorio las vacunas aprobadas descenderán cuando
se apliquen en las condiciones ambientales reales de la población, cuando se
deje de hablar de eficacia para empezar a hacerlo de efectividad.
Aún así, seguirán siendo junto al
distanciamiento social la mejor arma con la que cuenta la humanidad en su
guerra contra el virus.
- ¿Deberían ser obligatorias las vacunas contra el covid-19? Dos
expertos dan su punto de vista a favor y en contra
- La escalada de tensión entre la UE y Reino Unido por
las vacunas contra la covid-19
Los doctores David Spiegelhalter, de
la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, y Anthony Masters, de la Sociedad
Real Estadística Británica, propusieron en un artículo publicado en The
Guardian una manera de visualizar de qué hablamos cuando nos referimos de la
eficacia de las vacunas.
"Imaginen a 100 personas con
covid. Una eficacia del 90% significa que de haber recibido la vacuna, solo 10
hubieran caído enfermas. La eficacia de la vacuna es la reducción relativa del
riesgo: sea cual sea tu riesgo, se reduce en un 90% si te vacunan".
Los investigadores llegan a estas
cifras en los ensayos comparando las cifras entre grupos de personas vacunadas
y no vacunadas. Por eso en los ensayos hay voluntarios que reciben la vacuna en
pruebas y otros solo una sustancia placebo, y ninguno sabe qué fue lo que
realmente se le administró.
Las vacunas que hasta el momento han
publicado datos sobre su efectividad han sido probadas en decenas de miles de
personas, y no han presentado mayores problemas de seguridad ni se han
reportado reacciones adversas inesperadas.
En el ensayo de la vacuna
desarrollada por Pfizer-BioNtech, se registraron 8 casos entre las 22.000
personas a las que se administró la vacuna. Entre los otros 22.000 voluntarios
que recibieron el placebo, el número de contagiados escaló hasta 162. Eso
significa que el riesgo de caer enfermo entre la población vacunada fue de
0,04%.
En cualquier caso, como las
condiciones sobre el terreno nunca serán las mismas que las recreadas por los
investigadores en el laboratorio, se deberá seguir evaluando la efectividad de
las vacunas, ya no su eficacia. La doctora Bottazzi señala que "deberemos
seguir monitoreando, también para desarrollar nuevos esquemas en el caso de que
la efectividad se reduzca ante nuevas mutaciones del virus".
Y recuerda: "Los científicos ya
estamos trabajando en eso".
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Las vacunas aprobadas varían en
función de los países. Hasta ahora, las de Pfizer-BioNtech, Moderna, y la
elaborada por la Unversidad de Oxford y AstraZeneca han recibido el visto bueno
en Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea.
Las chinas de CanSino, Sinopharm y
Sinovac han sido aprobadas en China y, en algunos casos, también en otros
países como Brasil o Emiratos Árabes Unidos. En la India se ha autorizado el
uso de emergencia de la del fabricante local Bharat Biotech.
La Sputnik-V despertó recelos entre
algunos en la comunidad científica occidental porque apreciaban falta de
transparencia en las prácticas del Centro Gamaleya, el laboratorio ruso que la
desarrolló. Pero ahora ahora que una prestigiosa revista científica ha avalado
sus resultados es posible que su uso sea aprobado también por algunos países
que hasta ahora no la contemplaban como opción
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
En América Latina, varios gobiernos
han suscrito acuerdos para usarla, como los de Venezuela, Argentina y México.
La doctora Bottazzi señala un aspecto
en el que la vacuna rusa no parece a la altura de las occidentales basadas en
ARN modificado. "Ofrece una alta protección, pero en comparación con otras
el número de anticuerpos neutralizantes que induce es bastante bajo".
Esto, señala la experta, podría perjudicar a la duración de la inmunidad que
provee y su potencial efectividad frente nuevas mutaciones del virus.
Sin embargo, la experta recuerda
que aún no hay información concluyente sobre cuánto dura la
inmunidad de otras vacunas y la incorporación de la Sputnik-V al
arsenal médico frente a la enfermedad debe ser visto como una buena noticia.
Como dijo el secretario mexicano de
Salud, Hugo López-Gatell, en la rueda de prensa en que anunció su aprobación:
"Esto es alentador; tenemos una nueva vacuna en el repertorio".
Teniendo en cuenta que el desafío
principal ahora es producir las vacunas en cantidad suficiente y distribuirlas
también en los países en desarrollo, donde muchas veces no se cuenta con las
condiciones adecuadas para su conservación y manipulación, cuantas más se sumen
a la lista mayor será la esperanza de terminar con la pandemia.
La última cifra conocida fue el 92%
de eficacia que un artículo publicado en la revista científica The Lancet
atribuye a la vacuna rusa Sputnik-V, que se suma al 95% reportado por la
desarrollada por Pfizer-BioNtech, el 94,1% de la de Moderna y el 70% de la de
la Universidad de Oxford y AstraZeneca.
Son todos datos alentadores que
invitan a pensar que los programas de vacunación masiva deberían servir para
poner bajo control al coronavirus SARS-Cov-2, que ya ha causado más de dos
millones de muertes en el mundo, y una crisis sanitaria y social sin
precedentes en la historia reciente.
Al contrario que las desarrolladas
por Pfizer y Moderna, que se basan en una novedosa tecnología que permite la
exposición del organismo a un fragmento del ARN del coronavirus, la Sputnik-V
utliiza un virus del resfriado común que se modifica para que actúe como vector
y provoque una respuesta controlada del sistema inmune que se repetirá si
detecta la presencia en el cuerpo del SARS-Cov-2
De acuerdo con las cifras de
"Our world in data", más de 103 millones de personas han sido ya
vacunadas en todo el mundo, la gran mayoría en países desarrollados.
·
Según los expertos, harán falta
muchas más para controlar una pandemia que acumula casi 104 millones de casos
confirmados y más de 2,24 millones de muertes.
FUENTE DE LA
IMAGEN,GETTY IMAGES
Pese a que aún no se cuenta con datos
concluyentes sobre por cuánto tiempo quedan inmunizadas frente al contagio las
personas que reciben las diferentes vacunas, los científicos insisten en que
vacunar a cuantos más cuanto antes es la prioridad en este momento.
La experta infectóloga María Elena
Bottazzi, del Colegio Baylor de Medicina de Houston, en EE.UU., le dijo a BBC
Mundo que "no hay que ponerse a comparar vacunas; hay que ponerse la
vacuna que esté disponible en el lugar donde uno resida. Lo importante es
vacunarse porque eso reducirá mucho el riesgo de tener una enfermedad grave o
morir, y nos ayudará a empezar a controlar este virus".
Aunque la información disponible es
aún escasa, debido a la fase temprana en la que se encuentra la vacunación a
nivel mundial y a que tampoco hay evidencia concluyente sobre en qué medida las
vacunas previenen la propagación del virus en los pacientes asintomáticos, los
primeros indicios apuntan a que la alta efectividad de las vacunas contribuye
significativamente a la reducción de los contagios.
Es lo que se ha observado entre los
mayores de 60 años vacunados en Israel, donde de las más de 750.000 personas de
esta franja de edad que recibieron la vacuna solo un 0,07% dio después positivo
por coronavirus.
Según la doctora Bottazzi, "la
alta efectividad que están mostrando las vacunas es la mejor noticia que
tenemos hasta el momento".
Lo cierto es que cuando
investigadores en todo el mundo trabajaban en los laboratorios en busca de una
vacuna contra la covid, entre la comunidad científica se consideraba que sería
un éxito lograr una que tuviera un 50% de efectividad y pocos pronosticaban que
se fuera a obtener una en tan pocos meses, ya que ese es un proceso que suele
durar años.
Botazzi recuerda que "la mayoría
de las vacunas contra la gripe tienen una efectividad que ronda el 40% y aún
así salvan millones de vidas cada año".
Pero, ¿cómo se mide realmente la
efectividad de una vacuna?
Eficacia
y efectividad
Aunque puedan parecer sinónimos, para
los científicos la efectividad y la eficacia de una vacuna no son la misma
cosa.
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Tal como lo explica el Centro de
Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés),
"la eficacia y la efectividad de una vacuna miden la reducción
proporcional de casos entre las personas vacunadas". Pero el término eficacia
se usa cuando se refiere a "un estudio que se lleva a cabo en condiciones
ideales, por ejemplo durante un ensayo clínico". El término efectividad es
el que se emplea en "un estudio que se lleva a cabo bajo las condiciones
ambientales típicas, es decir, menos controladas".
Esto explica que muchos expertos
vaticinen que los inesperadamente altos porcentajes de eficacia que han
mostrado en los ensayos de laboratorio las vacunas aprobadas descenderán cuando
se apliquen en las condiciones ambientales reales de la población, cuando se
deje de hablar de eficacia para empezar a hacerlo de efectividad.
Aún así, seguirán siendo junto al
distanciamiento social la mejor arma con la que cuenta la humanidad en su
guerra contra el virus.
- ¿Deberían ser obligatorias las vacunas contra el covid-19? Dos
expertos dan su punto de vista a favor y en contra
- La escalada de tensión entre la UE y Reino Unido por
las vacunas contra la covid-19
Los doctores David Spiegelhalter, de
la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, y Anthony Masters, de la Sociedad
Real Estadística Británica, propusieron en un artículo publicado en The
Guardian una manera de visualizar de qué hablamos cuando nos referimos de la
eficacia de las vacunas.
"Imaginen a 100 personas con
covid. Una eficacia del 90% significa que de haber recibido la vacuna, solo 10
hubieran caído enfermas. La eficacia de la vacuna es la reducción relativa del
riesgo: sea cual sea tu riesgo, se reduce en un 90% si te vacunan".
Los investigadores llegan a estas
cifras en los ensayos comparando las cifras entre grupos de personas vacunadas
y no vacunadas. Por eso en los ensayos hay voluntarios que reciben la vacuna en
pruebas y otros solo una sustancia placebo, y ninguno sabe qué fue lo que
realmente se le administró.
Las vacunas que hasta el momento han
publicado datos sobre su efectividad han sido probadas en decenas de miles de
personas, y no han presentado mayores problemas de seguridad ni se han
reportado reacciones adversas inesperadas.
En el ensayo de la vacuna
desarrollada por Pfizer-BioNtech, se registraron 8 casos entre las 22.000
personas a las que se administró la vacuna. Entre los otros 22.000 voluntarios
que recibieron el placebo, el número de contagiados escaló hasta 162. Eso
significa que el riesgo de caer enfermo entre la población vacunada fue de
0,04%.
En cualquier caso, como las
condiciones sobre el terreno nunca serán las mismas que las recreadas por los
investigadores en el laboratorio, se deberá seguir evaluando la efectividad de
las vacunas, ya no su eficacia. La doctora Bottazzi señala que "deberemos
seguir monitoreando, también para desarrollar nuevos esquemas en el caso de que
la efectividad se reduzca ante nuevas mutaciones del virus".
Y recuerda: "Los científicos ya
estamos trabajando en eso".
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Las vacunas aprobadas varían en
función de los países. Hasta ahora, las de Pfizer-BioNtech, Moderna, y la
elaborada por la Unversidad de Oxford y AstraZeneca han recibido el visto bueno
en Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea.
Las chinas de CanSino, Sinopharm y
Sinovac han sido aprobadas en China y, en algunos casos, también en otros
países como Brasil o Emiratos Árabes Unidos. En la India se ha autorizado el
uso de emergencia de la del fabricante local Bharat Biotech.
La Sputnik-V despertó recelos entre
algunos en la comunidad científica occidental porque apreciaban falta de
transparencia en las prácticas del Centro Gamaleya, el laboratorio ruso que la
desarrolló. Pero ahora ahora que una prestigiosa revista científica ha avalado
sus resultados es posible que su uso sea aprobado también por algunos países
que hasta ahora no la contemplaban como opción
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
En América Latina, varios gobiernos
han suscrito acuerdos para usarla, como los de Venezuela, Argentina y México.
La doctora Bottazzi señala un aspecto
en el que la vacuna rusa no parece a la altura de las occidentales basadas en
ARN modificado. "Ofrece una alta protección, pero en comparación con otras
el número de anticuerpos neutralizantes que induce es bastante bajo".
Esto, señala la experta, podría perjudicar a la duración de la inmunidad que
provee y su potencial efectividad frente nuevas mutaciones del virus.
Sin embargo, la experta recuerda
que aún no hay información concluyente sobre cuánto dura la
inmunidad de otras vacunas y la incorporación de la Sputnik-V al
arsenal médico frente a la enfermedad debe ser visto como una buena noticia.
Como dijo el secretario mexicano de
Salud, Hugo López-Gatell, en la rueda de prensa en que anunció su aprobación:
"Esto es alentador; tenemos una nueva vacuna en el repertorio".
Teniendo en cuenta que el desafío
principal ahora es producir las vacunas en cantidad suficiente y distribuirlas
también en los países en desarrollo, donde muchas veces no se cuenta con las
condiciones adecuadas para su conservación y manipulación, cuantas más se sumen
a la lista mayor será la esperanza de terminar con la pandemia.