PAREJA DE DIVORCIADOS BRINDA EJEMPLAR LECCIÓN DE MADUREZ

* Mientras otras parejas en proceso de separación se ofenden y exigen hasta la devolución del anillo de bodas y la cama matrimonial en que dormían.

Divorciarse sin pleitos ni ofensas suele ser una experiencia impensable para muchas parejas pero no para M.C.A.M y J.A.M., quienes acordaron separarse amigablemente y seguir velando por el bienestar de sus hijos, lo que les valió el reconocimiento de la jueza noveno de distrito de Familia, doctora María de los Ángeles Soza.



“Cuando uno se casa lo hace tranquilamente; yo opino que si uno así se une así se desune ¿para qué buscar problemas y pleitos?, sobre todos si hay hijos de por medio, uno tiene que ser ejemplo para ellos”, dijo la señora M.C.A.M., cuando firmó el acta de divorcio de J.A.M., con quien procreó a una mujer y dos varones.

Contrario a esta pareja, en el Tribunal de Familia abundan historias de cónyuges en proceso de separación que durante las audiencias colocan a los hijos en el centro de la disputa y hasta llegan a exigir que el otro les devuelva el celular, el anillo de bodas y hasta la cama en que dormían.

Pero en los doce años que M.C.A.M y J.A.M permanecieron casados, ellos cimentaron su sentido de solidaridad, responsabilidad y madurez, pues a pesar de que él sufrió un accidente que lo dejó en silla de ruedas, acordó con la madre de sus hijos que al divorciarse seguiría pendiente de satisfacer las necesidades de estos, sobre todo del que aún no alcanza la mayoría de edad.
La defensora pública Julia Mayra Urroz, planteó que su representado únicamente estaba solicitando el divorcio y que no se estableciera pensión de alimentos para el hijo menor, ya que a la madre le dejó medios suficientes para cubrir su manutención, un inmueble y un seguro de vida por 50 mil dólares para todos los hijos.
PADRE COMO POCOS
Para M.C.A.M., el demandante es un padre como pocos, ya que con su ejemplo ha formado a sus hijos en valores, tanto que diariamente, el joven de 15 años trabaja hombro a hombro con él asistiéndolo durante la jornada que inicia a las seis de la mañana y termina a las cuatro de la tarde.
La abogada Magda Emilia Morales Sánchez, quien años atrás celebró el matrimonio de M.C.A.M con J.A.M. y ahora representa a la primera en el proceso de divorcio, consideró que el hecho de que la relación conyugal haya terminado en buenos términos se debe a que “ellos son muy humanos, tienen valores y una buena formación cristiana que los ha llevado a una separación pacífica y sin poner en riesgo a sus hijos”.

Los casé, los he visto desarrollarse y trabajar duro por igual para formar su familia y aunque lastimosamente estoy asistiendo a su divorcio, lo bueno es que ocurre en términos amistosos”, dijo la abogada.
El demandante aseguró que seguirá trabajando para sus vástagos, pues el hecho de que se divorcie no significa que le faltará a la familia. “Sigo estando en la jugada y quiero que mis hijos sean personas de bien”, sostuvo J.A.M.