Devoción y amor por La Purísima Concepción de María se vivió con mucha pasión en la ciudad de El Viejo este seis de diciembre cuando los feligreses promesantes participaron de la Lavada de la Plata, una tradición que ya sobrepasa los 200 años.
La Basílica Menor de la Inmaculada Concepción de María recibió a los feligreses que llegaron a cumplir sus promesas motivados por un acto de fe y devoción.
Este año por la pandemia de la Covid-19 no se sacó todo el tesoro de la Virgen del Trono, pero hubo mucha pasión para llevar a cabo este acto de fe y devoción.
Lavar los tesoros que tiene la Virgen Patrona de Nicaragua, es el pacto de los milagros concedidos. Los promesantes con algodón en sus manos limpian los objetos y al mismo tiempo hacen sus oraciones donde piden nuevos favores a la Virgen. Esta es la tradición de Lavada de Plata que simboliza la limpieza de nuestras almas ante Dios.
Y mientras los devotos y peregrinos cumplían sus promesas, dentro de la Basílica otra gran cantidad de feligreses participaron de la misa que fue celebrada por el obispo Sócrates René Sándigo y todo el clero de la Arquidiócesis de León y Chinandega.
Monseñor Sándigo durante su homilía destacó los valores de la Virgen María que es muestra de amor y cariño con Nicaragua.
Luego de concluido la misa, la Virgen del Trono fue bajada de su nicho para que el pueblo la pudiera sentir más cerca y luego cumplir la promesa de hacer el lavado de la plata.
"Esto para mi tiene un sentido espiritual porque venir a limpiar el tesoro de la virgen es venir a limpiar mi corazón y mi alma, y así como queda reluciente la
plata así queda mi corazón", dijo la señora Verónica Jiménez que llegó desde Granada para cumplir su promesa.
Entre las reliquias u objetos de plata que son "lavados" por los feligreses están candelabros, vasos, cáliz, copones, collares y muchos otros.
Otra característica de esta devoción en El Viejo, es que hay promesantes que reparten chicha o fresco de tiste en jícaras o bolsas.
"Todos los años venimos porque es una tradición de muchos años trasmitida de generación a generación, la mamá de mi mamá lo hacía, mi mamá también y ahora lo hago yo cada año y le inculcó a mis hijos que sigan esta tradición. Lavar la plata es una devoción para que sus tesoros siempre estén relucientes", dijo Ana Fernández.
"Ha sido una tradición familiar de más de 60 años que se trasmitió de mi abuela a mis padres y después a nosotros y ahora estamos cumpliendo esa tradición que la hacemos con mucha amor y con mucha fe", afirmó Darwin Quintanilla que este año llegó a darle las gracias por mantenerlo con vida luego de haber estado gravemente enfermo por Covid-19.
La "lavada de la plata" es una tradición religiosa popular que nació en Nicaragua en el siglo XVI, que consiste en que los fieles católicos acuden a la basílica para limpiar, generalmente con paños o algodón los tesoros de la Virgen del Trono, que son principalmente de plata.
La procesión principal se realizará el 8 de diciembre a las 4 de la tarde, día del cumpleaños de la Virgen del Trono que es acompañada por miles de chinandeganos y de nicaragüenses de otras regiones del país.