Queridas juezas, jueces, magistradas, magistrados, personal
administrativo, a quienes hoy se les reconoce su aporte a la implementación de
la Política de Igualdad de Genero; apreciadas
mujeres sindicalistas del Poder Judicial:
Durante siglos las mujeres han luchado para ser reconocidas
como seres humanos y gozar de los
derechos individuales a la libertad, seguridad e integridad personal, a
elegir y ser electas, tener derecho al trabajo, a contratar y disponer de propiedades,
acceso a bienes y servicios, en igualdad
y sin discriminación como el resto de personas.
Este 8 de marzo reconocemos y valoramos el aporte de las
mujeres de Nicaragua para alcanzar el desarrollo sostenible en favor de las
personas, la prosperidad, la paz y el cuido del planeta en el que vivimos, en
medio de la crisis universal que nos impone la pandemia del COVID 19.
De forma especial felicito y reconozco a todas las mujeres y hombres que desde los espacios
laborales implementan la Política de Igualdad de género.
Durante los 10 años de implementación, hemos logrado:
- La promoción de leyes antidiscriminatorias;
- La creación de justicia especializada, para conocer y
resolver acusaciones por los delitos de violencia de género, con 27 juzgados de
violencia, una sala penal especializada en violencia y una o un magistrado
especializado en los tribunales de apelaciones del país;
- La ampliación del servicio para las víctimas, habilitando
en el año 2020 a los Juzgados Locales Penales y Locales Únicos del país, para
conocer, y resolver delitos de la Ley 779.
Contamos con normas y protocolos de atención, prevención, y
sanción de la violencia de género, entre ellos:
- Los Protocolos de actuación de los equipos
interdisciplinarios adscritos a los juzgados de distrito de especializados en
violencia, adolescentes y familia;
- El Protocolo estandarizado de actuación judicial para
procesos penales en delitos de violencia sexual contra niños, niñas o
adolescentes;
El Protocolo sobre abordaje integral y valoración médico
legal para casos de niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia sexual;
-El Protocolo Estandarizado De la Defensora y Defensor
Público Especializado de Atención Integral para Niñas, Niños y Adolescentes
víctimas de delitos, especialmente de Violencia Sexual;
Mejoramos el talento humano con Perspectiva de género:
fortaleciendo las capacidades a las y los actores del sistema de justicia para
la aplicación de los protocolos,
mediante post grados y especializaciones, orientadas a
completar y perfeccionar las competencias en materia de género, acorde con el
nivel de exigencias y responsabilidad del cargo.
Contamos con 108 personas, entre ellas magistradas,
magistrados, jueces, juezas especializados, en el Magister en Derecho y
Desarrollo Humano con Perspectiva de Género.
Realizamos cinco ediciones del Diplomado en Prevención,
Atención y Sanción de Violencia Sexual contra Niños, Niñas y Adolescentes.
Promovemos un clima y ambiente laboral de respeto e igualdad, dirigido a todo el personal tanto
jurisdiccional como administrativo, a través de charlas talleres y
conversatorios.
Estamos en un Poder Judicial donde las mujeres de Carrera
Judicial, representan el 63. 51 % (1,744 mujeres) y 36.4 % (1,002 varones)..
Este 8 de Marzo reconocemos que el acceso de las mujeres a
cargos públicos o de responsabilidad, representa un notable avance en la
igualdad de género, que nos ubica en la quinta posición a nivel mundial, de
acuerdo al Informe Global sobre la Brecha de Género 2020.
En el Poder Judicial las mujeres Magistradas de la CSJ somos el 41%, las Magistradas de los
Tribunales de Apelaciones 62.1 % y las
juezas 57.9%.
En carrera administrativa, 58% de cargos ejecutivos son liderados por mujeres y en cargos
operativos 46% son mujeres.
A través del trabajo cotidiano de todas y todos, hemos mejorado no sólo la
impartición de justicia, sino también las relaciones entre las personas; por
eso, promovemos relaciones de respeto basadas en el buen trato, asegurando que
los derechos humanos de las persona sean una realidad, en cada persona.
Eleanor Roosevelt, una gran defensora de los derechos
humanos de las mujeres, insistía en que estos derechos tenían que comenzar en
lugares pequeños, cerca del hogar, tan cercanos y tan pequeños que no pueden
verse en ningún mapa del mundo.
Sin embargo, decía ella, “son el mundo de cada persona
individual, es el vecindario donde se vive, la escuela a la que asiste, la
fábrica o la oficina donde se trabaja. Es allí donde cada persona busca igual
justicia, iguales oportunidades e igual dignidad sin discriminación”.