Muchas
Gracias Señor Presidente
La
delegación del Gobierno de Nicaragua desaprueba la
convocatoria de este Consejo Permanente, el que no ha sido solicitado ni
autorizado por el gobierno nicaragüense, por lo que la rechaza enérgicamente al
igual que la resolución que se pretende imponer al Estado soberano de Nicaragua, la
que declaramos desde ya inadmisible de nulidad absoluta y sin ningún efecto vinculante
para el Gobierno de Nicaragua.
Condenamos
la práctica injerencista de esta desacreditada organización y su Secretaría
General, en los asuntos de la jurisdicción interna de Nicaragua, y
la de otros Estados Miembros de la Organización.
La
OEA, se encuentra en rebeldía y colisión con los principios del derecho
internacional, al continuar transgrediendo los propósitos y principios de la Carta
de las Naciones Unidas y su propia carta fundacional en la
que se establece que la Organización de los Estados Americanos no tiene más
facultades que aquellas que expresamente le confiere la presente Carta, ninguna
de cuyas disposiciones óigase claro y alto, la autoriza a intervenir en asuntos
de la jurisdicción de sus Estados Miembros.
Denunciamos
y condenamos la política injerencista, de chantaje, medidas coercitivas
ilegales a través de las mal llamadas sanciones que no son otra cosa que
agresiones del gobierno norteamericano en contra
de ciudadan@s nicaragüenses, que mantienen en alto la Dignidad y el
orgullo patrio de nuestra nación.
Condenamos
los chantajes y presiones que la potencia imperial ha ejercido en contra de los
Estados Miembros de esta Organización, para que acepten someterse a las
directrices del gobierno de los Estados Unidos, en su campaña de agresión y
guerra mediática de tergiversación de la realidad nacional.
La
política intervencionista del gobierno de los Estados Unidos, y de los países
que se suman a esta acción de injerencia en contra del Estado soberano de
Nicaragua, son los responsables del fraccionamiento, la falta de relevancia y
la atomización de la OEA, que no logra desprenderse de su agenda monotemática,
encasillada aún en la época de la guerra fría y el neocolonialismo, lo que
tiene como corolario la división, la desestabilización y la confrontación en
esta organización y en el entorno político regional, todo esto con el objetivo
de imponer los dictados de Washington sobre los países de la región.
Señor
Presidente, no puede haber paz en el mundo mientras Estados Unidos, siga
aplicando la doctrina de la zanahoria y el garrote a nivel internacional y
regional, y persista en seguir creando focos de tensión militar en diversas
regiones del mundo poniendo en grave riesgo la paz y la seguridad
internacionales.
Las acciones del gobierno norteamericano de agresiones políticas y económicas a
través de la aplicación de sanciones, debe de cesar ya, no tiene futuro, no es
viable, es impresentable, su práctica es inhumana, y violatoria de la Carta de
la ONU, de los principios del derecho internacional, de las relaciones de buena
fe entre los Estados y de los principios y reglas de la Organización
Internacional de Comercio.
Estas
prácticas son ampliamente rechazadas por la comunidad internacional aún por sus
mismos socios europeos, por lo que exigimos y demandamos la eliminación de las
medidas unilaterales coercitivas impuestas a diversos Estados soberanos del
mundo, instituciones o personas, enfatizando que la aplicación de las mismas
son ilegales y constituyen un crimen de lesa humanidad.
Es
hora de que los Estados Unidos, como nación se
desprendan de la Doctrina Monroe y se decidan a trabajar por la paz, por la
promoción de relaciones de comercio y cooperación respetuosas entre los
Estados, de sus soberanías y el derecho a la autodeterminación, de las naciones
del mundo, actualmente regido por un contexto internacional multipolar con la
presencia de otros actores de peso en el escenario mundial.
Si
alguna lección debemos de sacar de esta pandemia del COVID-19, es
que solo la promoción de la paz, la seguridad y la cooperación internacional es
la única vía que tenemos para salir adelante como Estados, de esta crisis
sanitaria mundial, evitando la inequidad y la politización en la distribución
de las vacunas.
Frente
a la agresión de las potencias coloniales del mundo, Nicaragua, continuará
defendiendo con aplomo e hidalguía la dignidad de los pueblos de América latina
y el Caribe. Con orgullo patriótico defendemos nuestro derecho a la paz, a la
seguridad ciudadana para que nunca más se genere el odio entre hermanos
nicaragüenses.
Defendemos
nuestro derecho a la autodeterminación y a decidir entre los nicaragüenses
nuestros asuntos internos y a ejercer nuestro derecho a existir como nación
libre soberana e independiente la que no dejaremos que sea mancillada por los
vendepatria, los patricidas, las potencias imperiales ni por Organismos
irrelevantes y desprestigiados como la OEA.
Se
escandalizan por que Nicaragua, en pleno ejercicio de su soberanía nacional
aplica su ordenamiento jurídico y sus leyes las que paradójicamente fueron
inspiradas en las legislaciones nacionales existentes en los países que se
confabulan en la actualidad en contra la nación nicaragüense, quienes tienen
estas leyes y las aplican en sus respectivos países.
Les
duele y se molestan por el reconocimiento internacional del que goza Nicaragua,
de ser un muro de contención del narcotráfico y del crimen transnacional
organizado.
Se
escandalizan porque investigamos y combatimos de manera efectiva la corrupción,
el lavado de dinero de bienes y activos, la criminalidad, el terrorismo en sus
diversas manifestaciones, y porque combatimos los delitos de traición a la
patria y su alianza con potencias extranjeras para promover el terrorismo, la
muerte, las torturas, las asonadas para intentar derrocar con el financiamiento
de potencias extranjeras al gobierno legítimamente electo por el pueblo
nicaragüense, afectando la paz y la seguridad nacional.
Todos
estos son delitos de gravedad y de alta traición a la patria, que se encuentran
tipificados en muchas legislaciones del mundo.
Demandamos
a los países injerencistas que cesen de criticar hipócritamente a Nicaragua por
acciones y medidas judiciales y legislativas que ustedes mismos contemplan en
sus legislaciones y aplican en sus respectivos países.
Nicaragua es un país de leyes
con plena y efectiva separación de sus poderes del Estado, que hace valer su
institucionalidad y su ordenamiento jurídico nacional y cuenta además con una
amplia tradición jurídica.
La
soberanía nacional de Nicaragua, no se discute, la defendemos con las armas de
la justicia y la aplicación de las leyes nacionales ante los actos que
violentan el ordenamiento jurídico interno y nuestras disposiciones
Constitucionales.
Nicaragua
no es colonia de nadie, seguiremos defendiendo la dignidad y el decoro nacional
y nuestro derecho a la paz, a vivir libres de amenazas, de conspiraciones y de
intervenciones extranjeras, ante las pretensiones neocoloniales que se resisten
a reconocer la soberanía de nuestra patria y nuestro derecho a la autodeterminación.
Muchas Gracias Señor Presidente.