* Por dañar la integridad psicológica del menor de apenas cuatro años, frente a quien golpeaba y ofendía a su progenitora.
A fin de garantizar la estabilidad emocional de un niño, que a sus escasos cuatro años expresó su deseo de pegarle a su progenitor por agredir físicamente a su madre, un juez de Familia concedió su cuido y crianza a la progenitora.
Una valoración psicológica forense practicada al menor de edad, encontró que presenta daños en su integridad psíquica, por los que requerirá tratamiento psicoterapéutico, como resultado de haber experimentado violencia intrafamiliar reiterada contra su mamá por parte de su progenitor, un jubilado del servicio militar de Venezuela.
El juez cuarto de distrito de Familia, doctor José Ramón Barberena Ramírez, ordenó valorar al niño como parte del proceso judicial en el que sus progenitores demandaron para sí su cuido y crianza, proceso que también destapó la verdadera personalidad del hombre: una persona misógina y abusiva.
“A mi papá le tengo miedo y le quiero pegar pero él es más grande, sé que no debo tener miedo y me meto cuando le pega, la tira, la golpea, le tranca la nevera y todo tipo de cosas le hace a mi mamá, pero cuando venga a Nicaragua y le comience a pegar a mi mamá sí me voy a meter y le voy a pegar”, expresó el niño a manera de testimonio ante la psicóloga forense Melba María Moraga Pavón, del Instituto de Medicina Legal (IML).
El niño nació en Venezuela, adonde su madre se trasladó luego de enamorarse de su papá, pero en 2020 vino a Nicaragua junto a sus progenitores y tres hermanos más por parte de su mamá, quien logró volver a su tierra con la idea de no retornar jamás, para no volver al caos que le significaron los siete años de permanencia allá.
En su defensa, el ex militar alegó que las acusaciones de agresor son inventos de la madre de su hijo y que la relación conyugal se dañó porque ella es controladora, dominante y celosa. Sumado a esto, la acusó de ejercer alienación parental en el niño; no proveerle una vida cómoda como sí la tenía en el país suramericano, e impedirle por dos meses que se relacionara con su hijo cuando llegaron a Nicaragua.
Indefensión
La mujer, de profesión auditora, aseguró que viviendo en Venezuela denunció la violencia intrafamiliar que sufría pero nunca consiguió apoyo y protección de las autoridades. “Se cree mi dueño…(en Venezuela) mantenía retenido mi pasaporte”, aseguró la auditora, para ilustrar la forma en que su pareja la mantenía sometida.
El hijo mayor de la mujer testimonió que en aquel país, el esposo de su mamá la llamaba loca y zorra, llegó a golpearla en el estómago y el 31 de diciembre de 2018 armó una discusión tras lo cual dejó encerrada a la mujer y cuando la policía llegó sacó el carnet de militar y ahí terminó todo.
La sentencia judicial consigna que “en las intervenciones que hiciera de viva voz el señor…se pudo notar en sus expresiones el uso de lenguaje sexista y discriminatorio para con la señora, lo que denota el típico comportamiento de las relaciones basadas en la superioridad de poder y de minimizar el trabajo y el aporte de la señora en cuanto al cuido de su hijo, asimismo de sus condiciones económicas, haciendo énfasis en que las de él son mejores para garantizar el cuido y desarrollo integral” del menor de edad. “Mi hijo conmigo va a tener una mejor vida”, dijo el hombre en su momento.
“Se debe proteger al niño a fin de evitar que se continúe dañando su integridad psíquica… el niño expresó de viva voz tener miedo a su padre por los hechos de los cuales fue testigo, el suscrito (juez) considera que el señor no es un progenitor idóneo para ostentar el cuido y crianza de su hijo” y por tanto se le concederá a su madre…”, establece el fallo judicial.
Para restablecer los lazos entre padre e hijo, el judicial ordenó que cuando el padre se encuentre fuera del país se relacione diariamente con el niño usando la tecnología y las redes sociales existentes en un horario que no afecte sus actividades escolares ni su descanso, y le advierte que deberá centrarse en restaurar el vínculo, ser respetuoso y evitar hacer comentarios negativos hacia la figura materna.
Además de ordenar una pensión de alimentos de 5,000 córdobas mensuales, que deberán ser depositados vía remesa familiar, el juez Barberena resolvió que ambos padres asuman de manera compartida los gastos de salud y educación de su hijo a fin de garantizar su desarrollo integral.