“NOSOTROS CAPACITAMOS PARA LA PAZ”

 “NOSOTROS CAPACITAMOS PARA LA PAZ”

* Afirma el magistrado vicepresidente de la CSJ Dr. Marvin Aguilar García, al inaugurar el curso de especialización sobre “La prueba en el proceso civil nicaragüense”.
“Nosotros capacitamos para la paz”, afirmó este 7 de octubre el magistrado vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia, doctor Marvin Aguilar García, al inaugurar el curso de especialización sobre “La prueba en el proceso civil nicaragüense con perspectiva de género”.
“La cultura de paz va a existir en la medida que nosotros seamos responsables en la individualidad en la colectividad y que seamos protagonistas de nuestra propia historia”, dijo el magistrado vicepresidente, Dr. Marvin Aguilar García.
El vicepresidente de la CSJ reflexionó que “vivimos en un mundo donde la globalización, los cambios estructurales y tecnológicos, precisan redefinir las actuaciones en los diferentes escenarios de las escuelas de Derecho, los sistemas de justicia y la formación de funcionarios, para asumir los desafíos internos y externos que constantemente se nos presentan”.
“Para alcanzar las transformaciones requeridas, los sistemas de justicia se afirman en la capacitación judicial, que contribuye a la mejora efectiva institucional y educa para la paz. Ese es nuestro desafío: capacitar para la paz”, acotó el doctor Marvin Aguilar García.
En Nicaragua, precisó, la formación judicial se instituye a través del Instituto de Altos Estudios Judiciales, que ha sido y es el instrumento eficaz e integrador para garantizar el acceso a la justicia, la tutela judicial efectiva, la calidad y calidez de la atención a la población; las garantías de las decisiones judiciales, la contribución de la paz social, de la seguridad, de la confianza y la mejora institucional.
El alto funcionario judicial, manifestó que “la historia de la capacitación judicial para una cultura de paz continúa y la educación es un importante medio para eliminar la cultura de violencia, la ignorancia y los estereotipos de discriminación y desigualdad”.
“La educación para la paz debe superar positivamente las tensiones y las contradicciones. Ser una educación para el reencuentro, la cooperación, la sesión de confianza y un lugar para desarrollar nuestras potencialidades, valores, vivencias y experiencias positivas”, afirmó el vicepresidente de la CSJ.
El magistrado de la Suprema Corte, sostuvo que “la educación para la paz debe superar positivamente las tensiones y las contradicciones. Ser una educación para el reencuentro, la cooperación, la confianza y un lugar para desarrollar nuestras potencialidades, valores, vivencias y experiencias positivas”.
Señaló que “la educación debe ser un encuentro del diálogo, de la cooperación, de la sesión de confianza y un lugar para desarrollar una transformación creativa del conflicto. Debe incidir en el proceso de transformación e investigación que promueva y construya una sociedad pacífica. Debe promover en sus planes metodológicos y estratégicos de enseñanza y aprendizaje, los ideales de paz, tolerancia y no violencia”.
Privilegiar métodos alternos
En esa línea, recordó que nuestra legislación que tiene que ver con asuntos jurisdiccionales, privilegia los métodos de resolución alternas de conflictos, que es una garantía constitucional de acceso a la justicia en el siglo XXI.
“Tenemos como resolución alterna de conflictos: la mediación, el acuerdo, la prescindencia en la acción penal, la suspensión condicional de la persecución penal, la conciliación, el arbitraje y la negociación, entre otros instrumentos que promueven una cultura de diálogo, de paz y convivencia social en nuestras comunidades”, dijo el magistrado vicepresidente.
Indicó que nuestro gobierno “ha definido como políticas de Estado la educación y promoción de valores humanos entre todos los hermanos nicaragüenses y reafirmar el reconocimiento de la persona, la familia y de la comunidad, como el origen y el fin para alcanzar el bien común”.
“Asumiendo la tarea de promover el desarrollo humano de todas y cada una de las personas sin distinción alguna, bajo la inspiración de valores cristianos, prácticas solidarias, democráticas, humanísticas, como principios universales, en busca de un ambiente de paz y que nuestros hijos, nietos, sean hombres de bien, útiles en el desarrollo de una sociedad próspera”, continuó.
Es por eso, dijo, que “los jueces en todos los casos que llegan a su conocimiento –sean de familia, civiles, mercantiles, agrarios, laborales o penales--, deben invitar a las partes a que solucionen sus problemas por medio de los métodos de resolución alterna de conflictos. Como funcionarios judiciales debemos privilegiar la resolución alterna de conflictos”.
“Nosotros capacitamos para la paz. Capacitamos para el amor. Capacitamos para que nuestros funcionarios públicos resuelvan los conflictos de corazón a corazón. La cultura de paz va a existir en la medida que nosotros seamos responsables en la individualidad, en la colectividad y que seamos protagonistas de nuestra propia historia”, finalizó el magistrado vicepresidente, doctor Marvin Aguilar García.
El acto de inauguración fue presidido por los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, doctores Marvin Aguilar García (vicepresidente) e Ileana Pérez López (presidenta de la Sala Civil); el Dr. Jaime López Lowery, secretario técnico del CNU; la doctora Maribel Duriez González, presidenta del Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación; y el licenciado Joaquín Talavera, Rector del Instituto de Altos Estudios Judiciales.