NICARAGUA EN EL CLÁSICO, SUEÑO CUMPLIDO
Terminó el Clásico Mundial de Béisbol para la Selección Nacional de Nicaragua. Una histórica participación en la máxima competencia beisbolera del mundo.
Jugar ahí, fue un sueño cumplido. Un sueño materializado. Enfrentarse a una constelación de estrellas era una utopía que, gracias a Dios, se hizo realidad.
Ah, que perdimos los 4 partidos, pero miren contra quienes caímos:
• Puerto Rico: Alcanzó la final en los dos clásicos anteriores (2013 y 2017), tiene en su róster a muchos jugadores de Grandes Ligas, incluyendo algunos de los mejores de la actualidad, como Francisco Lindor, de los New York Mets y Javier Báez, de los Detroit Tigers, el cerrador de los Mets, Edwin Díaz, el veterano de 8 temporadas en las Grandes Ligas, Marcus Stroman, de los Chicago Cubs, entre otros.
• Israel: Tal vez el “menos fuerte” de los rivales, pero con experiencia en el Clásico Mundial del 2017 en el que sorprendió a todos al ganar 4 partidos: Corea del Sur, Taiwán, Países Bajos y luego a Cuba, finalizando en el sexto puesto. En esta ocasión, con un buen número de jugadores que forman parte del sistema de MLB, entre los que destacan el MLB-All Star 2022, Joc Pederson, jardinero de San Francisco Giants.
• República Dominicana: Para muchos el gran favorito del torneo con peloteros de la talla de Sandy Alcántara, actual Premio Cy Young de la Liga Nacional en las Grandes Ligas. Con los humeantes bates de Manny Machado y Juan Soto, ambos de los Padres de San Diego; Rafael Devers, de Boston Red Sox y Teoscar Hernández, de los Marineros de Seattle.
• Venezuela: Plagado de estrellas como Martín Pérez, el zurdo de los Rangers de Texas; Ronald Acuña, de los Bravos de Atlanta; Miguel Cabrera, de los Tigres de Detriot; Eugenio Suárez, de los Marineros de Seatle; Luis Arráez, de los Miami Marlins; Salvador Pérez, de Kansas City Royals y José Altuve, de los Astros de Houston.
Más allá de que nuestro bateo no carburó, y bueno, contra estos “Monstruos” del montículo difícil alguien carbura, y solo anotamos 4 carreras en 36 innings, a mí, me deja un buen sabor de boca esta actuación de los pinoleros.
En mi memoria quedaron grabados estos momentos:
• El histórico primer imparable de Nicaragua en un evento de este tipo conectado por Juan Diego Montes.
• El emotivo cuadrangular de Elian Ricardo Miranda contra el Grandes Ligas, Marcus Stroman (Puerto Rico) que constituyó el primer jonrón y primera carrera de Nicaragua en un Clásico Mundial.
• La efectiva labor monticular del prospecto #13 de los Milwaukee Brewers, Carlos Rodríguez frente a Puerto Rico.
• El soberbio relevo de Carlos Teller para mantener en cero a Israel y la esperanza de la primera victoria.
• La acrobática atrapada, de espaldas al home play, de Brandon Leyton robándole un imparable a Eloy Jiménez (República Dominicana).
• La sensacional atrapada de Norlando Valle en el jardín izquierdo ante batazo de Julio Rodríguez (República Dominicana).
• Los tres ponches propinados por el chavalo de enorme potencial y crecimiento Duque Hebbert. Los seguros Salón de la Fama del béisbol, Julio Rodríguez, Juan Soto y Rafael Devers no encontraron los lanzamientos rompientes de Hebbert.
• Las 3 entradas de dominio de Erasmo Ramírez a la fuerte batería de Venezuela, confirmando su calidad y enorme crecimiento en el mejor béisbol del mundo.
Esos son solo 7 de los muchos momentos vividos por un grupo de muchachos, que mostraron amor a Nicaragua. Que, aun sabiendo que los rivales eran superiores, se les plantaron frente a frente, sin temor, sin complejos y compitieron, defendiendo con decoro el pendón bicolor.
Para los que les gustan las estadísticas, les comparto algunas: En los 4 partidos, Nicaragua anotó solo 4 carreras (1 por juego) y recibió 22 carreras (5.5 por juego); conectó 20 imparables (5 por juego) y permitió 41 hits (10.25 por juego); cometió 3 errores (0.75 por juego) y sus rivales, no cometieron errores a la defensiva.
Sin duda, una experiencia inolvidable, de la que se debe sacar provecho.
El mundo ahora sabe que en Nicaragua se juega buen béisbol, el deporte Rey de los nicaragüenses.
