El estruendo de pólvora y la algarabía motivada por la cultura popular y religiosa, hizo posible que una réplica de Santo Domingo de Guzmán saliera de Las Sierritas de Managua para realizar la tradicional bajada hacia la capital este primero de agosto.
Cargada y acompañada por sus fieles miembros del Comité Tradicional de Cargadores y Promesantes, la imagen del Santo Milagroso inició su peregrinación hacia Managua a la Iglesia de su mismo nombre en el barrio 19 de Julio cerca de las seis de la mañana.
Este año la imagen de Santo Domingo no era acompañada por el Cacique Mayor Oscar Ruiz, que pasó a otro plano de vida en marzo pasado, pero su legado permanece intacto con decena de inditos y promesantes QUE acompañaron a la venerada imagen en su venida a la capital donde permanecerá 10 días, según la tradición.
La festividad religiosa se realizó con la presencia de los devotos, mujeres y niños vestidos de huipil, hombres untados de aceite negro o jóvenes que cargan replicas miniaturas de Santo Domingo.
El Comité Organizador de las Fiestas de Santo Domingo han dispuesto celebrar tomando en cuenta medidas excepcionales debido a la pandemia del Covid-19, por tanto muchos promesantes portaban mascarillas y con botellitas de alcohol para limpiarse sus manos.
En buena parte del recorrido por las Sierritas de Managua, era notoria la presencia de la Policía y de miembros del Cuerpo Unificados de Bomberos que garantizan que el recorrido se haga con tranquilidad y orden.
Este año la música de las filarmónicas y las bandas chicheras dan el ambientazo a esta festividad que demuestra una vez más que las tradiciones populares y religiosas son del pueblo.
"Aunque este año la población ha tomado sus medidas por la pandemia, yo he venido a cumplir mi promesa con mi traje de folclore, Santo Domingo me curó de un derrame y aquí estoy porque me sanó", mencionó Sofia Ramírez que bailaba a pocos metros de la réplica que fue adornada con flores celeste, blancas y amarillas.
Como todos los años la Policía Nacional viene protegiendo la imagen de Santo Domingo con un cordón de efectivos, detrás viene un contingente de la Unidad se Búsqueda y Rescate de los Bomberos.
La devoción a prueba de todo
El recorrido en esta ocasión va rápido a las 9 de la mañana El Mocito junto a los cargadores y promesantes cruzó La Morita, una parada histórica y tradicional donde la venerada imagen fue bailada por más de 15 minutos, los filarmónicos dieron sus mejores melodías, mientras el estruendo de cohetes y bombas artesanales dio el ambiente de festividades patronales.
Desde Las Sierritas de Managua hasta la zona de Cristo Rey no hubo mayor incidencia, tampoco las autoridades reportaron heridos, mientras la Policía Nacional mantenía el orden y la tranquilidad en cada zona por donde transitaban El Mocito junto a los devotos y asistentes.
Los promesantes en su mayoría aseguraban que tenían que cumplir la tradición y por eso estaban acompañando al Mocito con toda la algarabía y religiosidad, tal y como si fuese la misma imagen de Santo Domingo.
El señor César Sequeira miembro del Comité de Cargadores detalló que 120 hombres y mujeres forman parte de los cargadores que van turnándose para también cumplir a Minguito.
"La tradición la mantendremos hasta que Dios nos preste vida a cada uno de los cargadores, pero ya se viene formando las nuevas generaciones de cargadores, aquí andamos sirviendo con mucha energía", dijo Sequeira.
Entre los devotos se encontraba José Téllez Machaina, originario de Bluefields y con 24 años de vestirse de “indio” para cumplirle promesa a Santo Domingo, que logró salvar la vida de su hija que sufrió graves lesiones al caerse de un segundo piso.
“Yo le pedí a Santo Domingo que ayudara a mi hija, le dije: me la salvas y yo te voy a cumplir bailando el primero de agosto hasta que yo fallezca y aquí estoy cumpliendo la promesa, llevó a partir de esa promesa 24 años cumpliendo. La tradición de la bajada no se puede perder, el recorrido de Santo Domingo no se puede perder y siempre debemos traer al santo, es nuestra obligación como promesantes”, dijo José que cumplía su promesa junto a sus hijos.
“Venimos a cumplir la promesa, mucha gente anda con mascarilla y he visto muy bien, lo único que no me gustó es que la iglesia no quiso sacar a Santo Domingo, pero venimos los promesantes pagando nuestra promesa, la traída está bien organizado, la Policía Nacional está resguardando y nosotros con nuestra fe”, mencionó doña Elsa María Chávez del barrio Rubén Darío.
“Aquí estamos con Santo Domingo de Guzmán cumpliendo nuestra promesa, esto es algo que a uno lo empuja a pagar su promesa, es algo bien bonito si se hace con devoción y con fe, estoy cumpliendo 36 años de pagar mi promesa y es desde 1985 cuando le pedí a Santo Domingo que me protegiera cuando estaba cumpliendo el Servicio Militar, lo cumplí y aquí estoy vivo cumpliendo al santo milagroso”, señaló Rafael Petersson.