Comentario: Lic. Josefa de Jesús Palacio Carballo
La impudencia ciudadana
fue el factor vital para que Nicaragua
registrara mas de una decena de muertos por derrumbes y ahogamiento en
diferentes puntos del país.
En el caso del macizo
Peñas Blancas, Matagalpa donde un deslizamiento soterró un caserío y se
reportan iniciamente cuatro personas fallecidas, tres menores de edad y un
adulto. Las autoridades respectivas
desde hace seis años y más reciente con el avecinamiento del huracán IOTA,
trataron de persudiarlas sobre el gran peligro que corrian por un posible
deslizamiento, no obstante, hicieron caso omiso de todas las advertencias y el
resultado trágico fue inminente.
Despues se perdieron dos
vidas valiosas de personas adultas quienes ya habían sido evacuadas hacia un
albergue, pero decidieron retornar a sus hogares para retirar implementos
personales. Ellos ya no regresaron
murieron ahogados.
En Santa Teresa, Carazo
perdieron la vida cuatro personas mas provenientes de dos familias que se
negaron a ser evacuadas por las respectivas autoridades de rescate y
prevención. Las 24 familias de la misma
comunidad que accedieron a la
evacuación, están a buen resguardo.
Y está la muerte de una
señora que se encontraba observando cómo se rebasaba un caño, cuando de pronto
se socavó el sitio donde estaba y las fuertes corrientes la ahogaron.
En el norte del país, un
señor que andaba en estado de ebriedad también perdió la vida
Es muy difícil para las
autoridades como SINAPRED y los COMUPRED que constituyen todo un enjambre de
instituciones bien articuladas donde se incluyen las fuerzas armadas del país,
obligar a la ciudadanía a velar por lo más importante que tiene el ser humano:
Su vida.
Las advertencias
constantes por todos los medios necesarios, incluidas la redes sociales fueron
atendidas gracias a DIOS por la inmensa mayoría de los nicaragüenses en las
zonas impactadas por el huracán IOTA y por el itinerario que este fenómeno
terrorífico llevaba rumbo al norte del territorio nacional
Bastante ayudó a Nicaragua
los simulacros de EMERGENCIA que se desarrollan anualmente en el país, orientados
por los Gobernantes, en un compromiso sagrado de preservar la vida de sus
ciudadanos.